Opinión: Cuentan los viejos marineros

CUENTAN LOS VIEJOS MARINEROS

Por Juan Miguel Baquero

El Coria Club de Fútbol sumará una nueva página a su extensa y fecunda historia deportiva en la tarde de este sábado. Será así, cuando el trencilla de turno entone el pitido último del encuentro que disputarán los ribereños ante el filial del Valladolid. Ahí habrá que añadir un hueco con mayúsculas en el libro vital, en la trayectoria futbolística, de los corianos. Y se escribirá esa crónica, penúltima por ahora de una exitosa campaña, sea cual sea la cosecha obtenida durante 90 minutos en el césped del Estadio Guadalquivir. El ambiente festivo y la disposición a fotografiar para la memoria individual y colectiva esos momentos, harán su ferviente tarea para que perduren en el tiempo esas fábulas balompédicas que “cuentan los viejos marineros”.

La hazaña esta temporada ya está hecha. No hacen falta consultas a calendarios tan pasados de fecha para recordar a un equipo que se desgañitaba intentando asustar al fantasma del descenso. Y este año, que arrancó con la incógnita de cuál sería el objetivo final, está siendo para enmarcar. Pero eso no invita al conformismo del club o la propia afición, ni por supuesto de técnicos o jugadores, como demostraron en el estadio Suárez Puerta de Avilés al imponerse contra pronóstico en la eliminatoria con los asturianos. De ahí, de ese derroche de garra, lucha y compromiso en grupo pese a la abismal distancia presupuestaria, se mantiene vivo el sueño de la Segunda División B.

Es a veces injusto, al hablar de victorias o derrotas, individualizar estos éxitos o fracasos, personalizarlos, máxime cuando se trata de un trabajo absoluta y necesariamente colectivo. No obstante, y llegados a este punto, es posible que quien lea estas palabras ya tenga en mente un nombre: Antonio Manuel Racero Cabello, ‘Puma’ en lo futbolístico. Su llegada al banquillo y la dirección técnica del primer equipo sirvió de revolución, de giro radical, de punto de inflexión para las aspiraciones de una joven plantilla con metas quizás impensables hasta su crucial desembarco. El Betis, tras su fichaje, lo disfrutará en el División de Honor el siguiente curso. Suerte.

El partido frente al Valladolid Promesas se presenta difícil, como las contiendas ante el Avilés, cuyos resultados harán arribar sobre aviso a los pucelanos. El Coria tiene sus opciones, claro que sí, y parten de manejar virtudes como la entrega y el compromiso, esas que lo han mantenido en un nivel de exigencia tan alto durante la presente temporada, tanto dentro como fuera de casa. Por cierto, el sábado se vivirá el primer tiempo de un partido de 180 minutos en el que parece ya una victoria ver a tantos niños vistiendo la camiseta amarilla, esas primeras carreras y balonazos de una inagotable cantera fruto de una herencia gestada el siglo pasado. Páginas también de una memoria que me traslada en lo personal a un carnet infantil, a partidos de fin de semana en el ‘prao chico’, a la ilusión por el Coria de mi padre, a la de mi hijo... Y por qué no, dado los tiempos que corren y amenazan, me lleva a reconocer y resaltar un sueño colectivo que aunque no paga hipotecas ni ofrece contratos, bien que puede servir para dar una tremenda alegría a la afición. Ojalá gane el Coria, ojalá se trate de una feliz tarde de sábado, ojalá el regreso desde tierras castellano leonesas, en poco más de una semana, ya esté buscando su espacio en una historia que comenzó, “desde Inglaterra hasta aquí”, con aquellas primeras porterías vestidas “con las redes de las barcas, del albur y el camarón”. Suerte Coria. Y a por los de Pucela.

Juan Miguel Baquero, periodista, ha trabajado en El Mundo, Europa Press TV y El Correo de Andalucía, entre otros medios. En la actualidad dirige AlburNEWS, prensa digital de Coria del Río, La Puebla del Río e Isla Mayor.