Hacía 13 años que el Coria CF no disputaba una fase
de ascenso a segunda B. Al igual que en las ocasiones anteriores, se esperaba
que la afición coriana respondiera a esta cita histórica. Y no falló. Sobre
todo, no podía fallar el Frente Albur, el grupo de aficionados más jóvenes del
Coria CF, que volvió a dar colorido a las gradas, sin parar de animar durante
los noventa minutos. Creado en el 2003 por parte de Sergio Rojas, Sergio Mateos
y otros jóvenes corianos, el Frente Albur siempre se caracterizó por su
continuo apoyo al equipo desde detrás de la portería. Siempre ha contado con un
elemento fundamental desde sus inicios: sus integrantes estaban directamente
relacionados con el Coria CF, bien como jugadores de la cantera, o como amigos y
familiares de otros jugadores de la cantera. Con el único propósito de ayudar
al equipo con sus cánticos y palmas, el Frente Albur dotaba a las gradas del
Estadio Guadalquivir de un encomiable ambiente de fútbol. Tras un par de años
sin la presencia del grupo como tal en las gradas, Carlos y Santi, recogiendo
el testigo de los primeros miembros, decidieron no faltar a esta cita
ineludible para el buen aficionado coriano. Con la ilusión por bandera y el
amor hacia los colores, el Frente Albur vivió días febriles en la semana previa
al día del partido. El punto de encuentro fue la cochera de A. Polo, donde
crearían pancartas, recopilarían banderas y hasta bombos, cedidos, amablemente,
por Ale Granado.
La llegada masiva de aficionados del Real Avilés
llenó las calles de Coria de los colores blanquiazules desde horas tempranas
del sábado. Con un comportamiento siempre señorial, no causaron ningún
problema, compartiendo risas, amistad y
bebidas en todo momento con la afición coriana en los bares aledaños al Estadio
Guadalquivir, como Bar Curro o Bar El Inglés. Una sana convivencia entre dos
aficiones que se tradujo en una gran fiesta deportiva alrededor del play off
por el ascenso a 2ª B. Gran ejemplo, por tanto, de fidelidad hacia sus colores
lo demostrado por la afición aviselina, que no dudó en hacer buenos amigos en
Coria del Río.
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